Elinvitado @ 2025 | Reiniciando… ↻ cada día

Un infierno en la Tierra,
donde ángeles caídos y demonios

gobiernan, sembrando mal y engaño.

Camino_de_Luz_en_el_Infierno_Terrenal

Prefacio:

Las almas humanas están atrapadas en un ciclo de sufrimiento y decepción, eligiendo el mal por conveniencia.




Ni huir ni buscar escapes materiales libera del infierno;
solo el amor divino es la salida.


A pesar de la resistencia humana, el Padre envía ángeles para ofrecer su amor y rescate.

El amor eterno e incondicional de Dios es la única llave para romper las cadenas del mal y regresar a Él.



Escritura:

Ángeles fueron enviados a la Tierra
tras haberse rebelado
al amor de vuestro Padre.

En este lugar que os han mostrado
con un aspecto placentero a vuestros ojos,
agradable a simple vista,
reina el mal.

Observad en todas direcciones:
el mal anda suelto,
se encumbra con facilidad,
desmoraliza y arrebata incentivos
a toda alma que intenta florecer.

No importa lo que se diga,
seguirán haciendo colas
para ver, oír y aplaudir al mal,
que se muestra tal cual es,
sin el menor pudor.

Esos ángeles caídos,
sus súbditos, sus servidores,
se alzan con poder
—y cuando ya no les son útiles—
son descartados y arrojados
a lugares que vuestra mente
no alcanzaría a imaginar.

El pobre pide, el rico pide,
todos sometidos por el mal
que no logran descubrir.

Cuando pide el pobre,
el rico —cual demonio— se queja;
cuando pide el rico,
el pobre —demonio sometido— calla.

Todos mendigos:
unos por necesidad,
otros por ambición.

Los ángeles que cayeron
fueron enviados a la tierra,
y “la tierra”
es un nombre agradable
que le dieron al Infierno.

Están en él,
y de vuestro infierno
no logran dar un paso,
ni siquiera saben
que están atrapados en él.

Ese es el mayor engaño del mal.

De vuestro infierno
no se sale caminando,
ni huyendo,
ni en avión ni nave espacial:
solo el amor es el camino.

Y cuando os atrevéis,
los ángeles envían a sus demonios
para desviar vuestros pasos.



Están tan domesticados,
tan acostumbrados,
tan amansados,
que los demonios
ya no sienten pudor
al mostrarse como son.

¿Por qué obran así?
¿Por qué se evidencian?
No es porque creen que la humanidad
es estúpida,
ni porque la consideren incapaz
de superarse,
ni porque viváis de las sobras
que ellos os arrojan para luego endiosaros,
–no es por vosotros–.

Es para demostrarme
que no sois merecedores de mi amor,
para mostrarme
que elegís el mal en cada instante,
que sabéis que es malo
y aun así lo preferís por conveniencia,
que estáis donde debéis estar
porque aspiráis a convertiros en demonios.



La muerte, vuestra muerte,
el sufrimiento, vuestro sufrimiento,
son mera ilusión:
un ciclo continuo
en el que caéis miles de veces.

Muy pocos han emergido a mi amor.





Envío a mis ángeles;
a algunos, los habéis sacrificado en sus cuerpos,
de otros simplemente os habéis olvidado,
pues sabéis que nada os hará cambiar.



¿Por qué sigo insistiendo?
Por mis hijos; siempre continuaré.

Mis ángeles, los que envío
y los que envié en los albores de este infierno,
conocen mi amor por todos
y saben que todos pueden regresar a mí.

Este infierno en el que creéis morir,
os mantiene en un desvelo perpetuo,
sometidos a la tortura constante
del dolor de la finitud:
día tras día, minuto a minuto,
hasta que el alma se quiebra.



Pero mi amor es vuestra salida,
mi amor, la llave que atraviesa
los muros de fuego y de engaño.
Solo con mi amor podréis escapar
de la sombra que os aprisiona,
porque el amor de vuestro Padre
es eterno, infinito e indestructible,

y siempre os aguarda para abrazaros.